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El autor con María Urzúa, el 15 de Diciembre de 1985. |
T R E S A Ñ O S
E N L A V I D A
D E
G A B R I E L A M I S T R A L
( O P O R
Q U É G . M . N O
F U É
M A D R E D E
Y I N - Y I N )
La publicación de "Cartas de Amor de Gabriela
Mistral", en 1978, por Sergio Fernández Larraín, más la agitación
periodística impulsada por Enrique Lafourcade, provocó el derrumbe de uno de
los grandes mitos construídos en torno a la figura de esta poetisa: el de su
virginidad, mate- ria íntima que no debería tener contacto con sus éxitos literarios ni con su
labor educacional ni con todo lo que entregó de sí para dar a conocer rasgos
importantes de su patria en el mundo entero. Sin embargo, admiradores
incondicionales de su obra y de su nivel de vida intelectual, como Virgilio
Figueroa ("La Divina Gabriela", Santiago, 1933) ayudaron a crear en
el público una imagen casi sobrenatural de integridad moral, de superiora en
las letras y en la educación. Estas "Cartas...", tenían que ver,
principalmente, con la relación epistolar entre ella y el poeta Manuel
Magallanes Moure. Cartas que, en verdad, pudieron autodestruirse por el fuego
intenso que transportaban. Lo que ocurrió terrenalmente entre esos escritores
puede esclarecerse con una lectura objetiva
y correcta de aquellos
documentos.Y no existe nada de lo que se presume groseramente. Además, cuando
ella recuerda al poeta falleido en 1924,
escribe ( abril de 1935), lo siguiente: "No llegamos a nada fuera de conocernos un poco y de acompañarnos
casi sin cara, porque hasta entonces no me había visto nunca"
("Magallanes Moure, el chileno").
Ahora, también con tono sensacionalista, debutan en la
pantalla chica ("Informe Especial", del 5.11.99, de Canal 7 TVN) las
palabras de Doris Dana (captadas en
Estados Unidos) asegurando que G.M. fue
madre de Yin-Yin, el sobrino que en la realidad acogió de diez meses de
edad, a prin- cipios de 1926, y que murió a los 18 años, en extraña
circunstancia, en Petrópolis, Brasil, el 14 de agosto de 1943. La noticia así
esparcida no tendría mayor importancia
para la literatura, ni siquiera para debilitar la imagen de una mujer
extraordinaria. Sin embargo, hay porfiados hechos,
es decir realidades, que bien vale
conocer para sacar deducciones más sobrias y responsables. Gabriela
Mistral, mucho cuidó de su honra no solamente
en público sino en cartas y palabras solemnes, bajo la cúpula de la privacidad,
que no pueden desconocerse. Por citar alguna de las más directas - que no
tendría por qué haberla escrito ya que bastaba rehuir, no tocar el tema, no
tocar el "vaso quebrado" si éste así yacía-, está aquella que
escribió en 1953 a Ciro Alegría, el gran novelista peruano y predilecto amigo
de sus últimos años: "La gente habla
pero no es verdad. No tuve amor. Si
alguna vez te preguntan, di eso, como si fueras mi hijo". Palabras, al entendedor de su carácter y de su
biografía, lapidarias. Cosa parecida confidenció a Matilde Ladrón de Guevara.
Doris Dana no entrega informaciones concretas,
documentos, cosas indesmentibles.Sólo comunica
una impresión, tal vez el sentido profundo de "maternidad" que
ese niño produjo a una Ga- briela huérfana doliente de amores. Sentido que, por
supuesto, se ha transformado con el tiempo, en
la memoria de la ex-secretaria.
Como están las cosas, es necesario agregar en autos
algunos testimonios que puedan tener alcurnia de pruebas, de modo que el
juicio, a la hora de la sentencia, sea justo.
José Miguel Godoy Mendonza, por nombre familiar Yin-Yin
(dado por Gabriela, tomando quizás referencias orientales), habría nacido en
Barcelona. ¿Año? Asignemos el de 1925, por simple capricho aritmético. Y
todavía podemos retroceder hasta 1924. Su padre fue un hijo natural de don
Jerónimo Godoi Villanueva -progenitor de Gabriela-, muerto el 29.8.11, dado éste, en vida, al
gus- to de cambiar con frecuencia de nidos, dado a la enseñanza escolar y también al arte (el guitarreo). Madre de
Yin-Yin, una maestra catalana, débil de carácter y de salud, que murió al poco
tiempo de nacer el producto de una relación amorosa con Carlos Miguel Godoy,
unión que Gabriela criticó ácidamente, personalmente, porque conocía la madera
de su medio hermano, quien la acompañaba desde hacía un corto tiempo por Europa
y cuyo destino final era servir a Francia en la Legión Extranjera, en Africa.
Esta circunstancia está relatada en carta de Juan Mujica de la Fuente, amigo de
Gabriela y que conoció a Yin-Yin en Madrid, en 1933.
La constancia del
nacimiento de ese niño, en Barcelona, no la tiene nadie y hace algunos años,
cuando el tema me preocupaba pues yo me estaba transformando, fascinado, en un
silencioso mistraliano, encargué a un sacerdote español hacer revisar en las
iglesias de allá los registros de nacimientos. La respuesta fue congelante:
¡Hay más de cien parroquias en Barcelona! De modo que, para acercarse a la
verdad, ahora, es necesario establecer un cronograma de G.M., de períodos cla-ves. Yin-Yin debió
nacer dentro de los primeros seis meses de 1925. Basta, en consecuencia,
revisar la vida de la escritora desde los seis últimos meses de 1924. Veamos
qué ocurre.
Enero, 1924. G. está en un banquete en México, una vez
que ha terminado su misión de aseso- ra en política educacional. El Presidente
Obregón, agradecido de su labor, le ofrece un viaje por Europa con todos los
gastos pagados por su gobierno. G. acepta y viaja, en primer lugar, a los
Estados Unidos, para embarcarse, desde ahí
a Italia. El Padre Lira Urquieta la conoce en la Embajada de Chile ante
el Vaticano y se entrevistan varias veces. Es entonces cuando G. viaja a Asís y
toma aní-micamente los votos del santo hasta el resto de su vida. En Pisa
conoció a Giovanni Papini. Este mes editan en Madrid su libro "Lecturas para
Mujeres" (20.000 ejemplares), obra destinada a la enseñanza del lenguaje
en México. Viaja, luego, a Suiza, Francia y España. En Madrid, la Editorial
Calleja lanza su segunda obra original: "Ternura". De modo que su
gira no fue de simpleza turística. Está escribiendo permanentemente para
"El Mercurio" y así, en Santiago, todas las referencias en torno a su
persona son de un plano superior y, por qué no decirlo, envidiables. En la
capital española ha conocido a Unamuno. En N.Y. o Madrid, ha estrechado la mano
de Eugenio Dors, que se transforma en gran admirador literario suyo. Laura
Rodig, que la acompaña, se queda en Madrid para darse a conocer con una
exposición de su trabajo artístico.
En esta pasada por España, durante una estancia en
Barcelona, ha ocurrido el capítulo del encuentro de Carlos Miguel Godoy con la profesora catalana Marta Mendonza y el
inicio de una formación de hogar de esta pareja, allí mismo. De esta unión,
podemos suponer con mucha certeza que se ha concebido un hijo entre los meses
de junio y agosto de 1924. Alianza que tuvo término al-gunos meses después del
nacimiento de Yin-Yin.
Junio, 1924. G.M. está en Roma y escribe a su amiga
chilena Ida Corbat:" Tengo una
pequeña suma de mi libro español y de otro de Estados Unidos para comprarme una
casita modesta; mas, no tengo para vivir". El "otro" libro
es, por supuesto, "Desolación", editado en N.Y. por el Instituto de
las Españas, en 1922, y por Nascimento, en Santiago, en 1923 y en 1926.
Julio, 1924. Se encuentra en Florencia y admira hasta la emoción el Moisés, de Miguel
An-gel. Ha estado en Capri.
Enero, 1925.Viene navegando hacia Chile por el Atlántico
y en Montevideo, en una recala- da,
recibe homenaje de carácter
oficial. La viene acompañando Laura Rodig.
Febrero, 1925. El barco echa anclas en Punta Arenas,
tierra de grandes recuerdos para ella. Pero, los días 15 y 16, la prensa
santiaguina está celebrando su presencia en la capital. "El Mercurio"
publica una salutación de Dors, firmada en Estados Unidos.
Marzo, abril y mayo son
meses claves, pues encierran el secreto del natalicio de Yin-Yin.
Santiago, marzo. Es vista por innumerables personas;
entre ellas, Alone. El Ministro de Instrucción Pública, don José Maza, hace una
exposición a la Junta de Gobierno: "Ha
cumplido, además, Gabriela Mistral, una producción literaria de excepcional
importancia." Ha sido nombrada directora del Liceo de Niñas #6,cargo
que no ocupó ya que dió término a los trámites de jubilación.
Se le ha concedido una pensión de un mil pesos mensuales que, con el
tiempo, se le hace exigua y se ve obligada a mejorar sus ingresos escribiendo
para la prensa de muchos países, y a dar conferencias en muchas partes.
Abril. Se presenta ante un cónclave de profesores para
explicar su posición religiosa y hasta los más anticlericales aplauden su
elocuencia y su sinceridad. Recordemos que Pedro Aguirre Cerda, como diputado
por Los Andes y después como ministro de
educación, la había ayudado en su carrera como maestra y directora de liceo. "En su fisonomía, de líneas ríspidas,
más varoniles que femeninas, soberbia e imponente, se dibujaba el cansancio y
la displicencia. Vestía traje sencillo. No usaba sombrero ni adornos, como
refractaria a la modamanía. Nada de afeites, de cosméticos, de yoyas, de escote
y de exhibición de desnudeces provocadoras. Un pañuelo,a guisa de turbante, le
cubría la cabeza y le daba el aspecto de gitana de suburbio. Parecía ocultar su
feminidad. Su corpulencia, ni exagerada ni disminuida de formas, no la hacía ni
sobresalir ni esfumarse", escribe su biógrafo Virgilio Figueroa.
Mayo. Revista "Zig-Zag". Escribe María Monvel,
tomando algunas palabras directas de Gabriela:"Soy ahora católica y más aún pertenezco a la Orden Tercera de San
Francisco ". (Si hubiera estado esperando un hijo procreado en Europa,
¿ habría sido tan cínica como para elevar en público tal acto de fe?). Este
mismo mes, Alone la acompaña a inaugurar su nombre en una escuelita del camino
a Valparaíso. Frecuenta salones elegantes de Providencia, donde ella es centro
en famosas tertulias culturales. Pero se ha recluido en una casita para
obreros, de la Población Huemul.
Junio. Está en La Serena. Ha comprado una casaquinta a
su madre y vuelve a las veladas de conversa y mate con los suyos. Le escribe a
Isauro Santelices, de Los Andes, su eterno admirador y confiable amigo: "Me pregunta usted si sé lo que de mí
se dice (...) Que mi conducta es mala. No he cuidado mis versos como mi vida,
Isauro;he sido y soy limpia. Si no me he casado es que cuando he querido, no me
han querido, i cuando dicen que me han querido, no he querido yo. Historia
vulgar que casi es estúpida por repetida en el mundo" .(Al contrario
de lo que investigamos, se le acusaba de ser poco femenina).
La estadía en La Serena se prolonga por varios meses y
allí recibe ofertas para integrar el Instituto de Cooperación Intelectual -una
institución Carnegie- de la Liga de las Naciones, con sede en París. Mediante
un cable avisa a Palma Guillén, de México, que acepta si la acompaña. Palma
viene a La Serena y allí afinan detalles de la misión.Gabriela toma el cargo de
Jefe de la Sección Letras y se aprontan a viajar. Se llevan como ama de casa a
Pradera Florida Urquieta Alday.
Enero, 1926. En ferrocarril viajan de Santiago a Buenos
Aires. Y de ahí, sin admitir home-najes, se embarcan las tres mujeres a Europa.
Recién instalada en Fontainebleau,la visitan la scritora
chilena Iris y su amiga Aurelia Sánchez de Barrios.
Allá es invierno. La friolenta se traslada a Vaucluse,
cerca de Marsella, a una propiedad del Instituto.Ahí se presenta su medio
hermano, Carlos Miguel, para entregarle a su hijo de ocho meses, a quien él no
puede mantener porque su madre ha enfermado de tuberculosis y muere
pre-sumiblemente en Suiza. Palma Guillén está en París y recibe aviso de
Gabriela para que la ayude a atender al inesperado visitante, el pequeño
Yin-Yin. Testigo de esta entrega fue Pradera y así lo aseguró en el futuro, en
Chile,hasta su muerte (no hace muchos años). Si Gabriela hubiera tenido un hijo
en Chile, lo habría sabido su familia y, téngase por seguro, ella no lo habría
dejado en manos de nadie, pero de nadie. Basta conocer su carácter posesivo y
la frustración maternal que arrastró toda su vida.
Desde Vaucluse se conoce la vida de Yin-Yin, hasta su
final en Petrópolis, año 1943.
Conclusiones y supuestos: si Gabriela hubiese sido
madre, la gestación debió iniciarse en Europa, entre junio y agosto de 1924. El
nacimiento del niño, en Santiago,en marzo o en
abril o en mayo de 1925. O en La Serena. Pero no hay seña alguna de que
algo "sospechoso" ocurriera en nuestro país. Es como "tirado de
las mechas" pensar que el niño, a vista y paciencia de su parentela, ella
lo hubiese dejado en otras manos y que su hermanastro se lo hubiera llevado
después a Bedarrides, enVaucluse, y que toda la historia de la profesora
catalana fuese nada más que una superchería. Nadie discute que el niño nació en
Barcelona. ¿Maternidad de Gabriela en esa ciudad? ¡ Imposible! Que Emelina
Molina y Laura Rodig hayan dicho, muchos años después, que Carlos Miguel no
existió, es un dicho tan absurdo como comprensible, porque don Jerónimo tuvo
una o más familias accidentales en sus estadías largas de Atacama. Más absurda
es la afirmación de Doris Dana, en estos días, que se destruye
bajo el contenido de esta investigación.
Tal como concluye Luis Vargas Saavedra ("Revista de
Libros",20.11.99), emocionalmente, son muy fuertes las razones morales de
Gabriela Mistral; y agrego: muchos los testimonios de fe y de religiosidad
sobre su integridad como mujer que "no tuvo amor". Imposible, según
las pruebas en autos, admitir una maternidad que, al revés, la habría llenado
de orgullo, pues no tenía cargos oficiales en 1925, había comprado su casita y
estaba recibiendo una pensión. No tenía, pues, de qué avergonzarse ni era el
instante de renunciar a su firme carácter ni de ocultar un nieto a su querida
madre.O de hacer cómplice a ésta por algo sin sentido.
(Stgo.23.11.99)
HERNAN ORTEGA PARADA
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